lunes, 9 de marzo de 2015

El secreto del huevo frito perfecto.

Aunque parezca sencillo a muchos les parece una auténtica odisea la tarea de freír un huevo: que si salta el aceite y nos quemamos, que si no se echarlo bien a la sartén, ¿cuánto aceite echo?

Esta semana en nuestro post queremos revelaros aquellos consejos que os convertirán en los reyes y reinas del huevo frito. Lo primero de todo es contar con todas las "herramientas" e ingredientes necesarias para hacer nuestro huevo:

1. Una sartén pequeña y un poco honda.
2. Una espumadera.
3. Huevos frescos: para saber si están buenos hay que sumergirlos en agua, si se van al fondo están perfectos.
4. Aceite de buena calidad, preferentemente de oliva, aunque no virgen extra, pues podría dar al huevo un sabor muy fuerte.
5. Sal.


Y los pasos definitivos a seguir son:

1. Llenar dos tercios de la sartén con aceite y colocarla a fuego fuerte. La cantidad de aceite debe permitir que el huevo no toque el fondo.
2. Romper el huevo en un plato, no directamente a la sartén, pues podría caer algún pedazo de cáscara o romperse la yema. Todo esto ha de hacerse con el aceite muy caliente.
3. Echar la sal al huevo, así se mezclará perfectamente con este para darle sabor.
4. A medida que los bordes del huevo se vayan friendo, hay que rociarlo con el aceite utilizando la espumadera, para blanquear la yema. Este movimiento tiene que ser rápido y debemos ir cubriendo con aceite todo el huevo.
5. Retirar del fuego inmediatamente y servir.

Un consejo para todos aquellos que os gusten los huevos bien fritos y con puntilla: esperad a que el fuego esté muy muy caliente, de esta forma conseguiréis esa "puntilla" chamuscada alrededor del huevo que lo hará muy crujiente.

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